Brevet 600 Manresa: superarse y superado…

Te falta un único pedal para finalizar la serie de brevets en tu primer año de acercamiento al mundo randonneur: 200, 300, 400… y el 600!! Tienes, por compromisos y circunstancias, una única fecha y oportunidad para hacerlo, y aunque sabes que quizás sea una brevet de las más duras, 610 kms y 7500 m desnivel positivo, organizada por la PC Bonavista, decides lanzarte a la carretera e intentar lograr superarte nuevamente, alcanzar un nuevo reto máximo, y completar la serie. Todo ello configura una nueva gran aventura, que comienza a las 6h de la madrugada en Manresa el día 1 de junio y que debía acabar antes de las 22 horas del 2 de junio, 40 horas de un gran viaje en bici…

La aventura de la brevet 600: el inicio

Si hace años nos dicen que saliendo de Manresa acabaríamos pedaleando por Tremp, Barbastro, Monzón, Fraga, Caspe… en una misma salida en bici… reiríamos con gran incredulidad. Pero en el mundo Randonneur todo es posible, sólo es cuestión de ganas, valentía y tener una buena rueda de compañía. En esta ocasión la ruta era compartida con Juan, con quién ya acabamos el 400 de Massamagrell. Juan buscaba su pasaporte para París, por aquí simplemente completar la serie, que tampoco era objetivo menor.

La primera parte de la brevet discurre por carreteras tranquilas, rodando en grupo desde la salida en Manresa, dirección Calaf, hasta llegar a Ponts. Aquí abandonamos al grupo, tras haber rodado casi 3 horas, y paramos a almorzar en El Xalet, parada que empieza a ser un clásico. Un buen almuerzo que nos aportaría, ahora ya a ambos en solitario, energías para afrontar los siguientes kms, que incluían el paso por el Coll de Comiols, para pasar a la Conca de Tremp, y el Coll de Montllobar, para entrar en Huesca. A la llegada a Tremp, la temperatura ambiental comienza a ascender, ya pasado mediodía, y esto empezó a añadir una nueva dificultad a la jornada, a parte de la dureza del recorrido. Junto a Juan llevamos un ritmo tranquilo, avanzamos con buen paso, pero también conservando energías.

Ya en carreteras de Huesca, entre Barbastro y Benabarre, hacemos una parada técnica para refrescarnos. El terreno no es fácil, buen asfalto pero con continuos cambios de pendiente y no permite coger un ritmo continuado. A parte, el calor sigue apretando y afecta al rendimiento sin lugar a dudas. Llega el momento ‘magnum’…

Llegamos a Monzón aproximadamente sobre las 19h de la tarde, avanzamos a un ritmo justo. Por un lado el calor nos deja tocados, especialmente a quien os escribe, llega pajarito a la siguiente parada. Y Juan, que arrastraba molestias en una rodilla, tampoco podía forzar, así que seguíamos una estrategia más conservadora. Tras el alto en Monzón, seguimos avanzando por el Valle del Cinca en dirección a Fraga, tramo en el cual vivimos un momento siempre especial: la puesta de sol sobre pedales, compartida con un tanden, compañeros que acabarían su aventura allí, a pesar de los ánimos de Juan, siempre positivo.

Finalmente llegamos a Fraga, km 285 de la brevet, a las 23h de la noche. Aquí llega el momento de empezar a tomar decisiones. En principio, la idea era hacer una parada para descansar y dormir… pero el tiempo avanzaba rápidamente y al ritmo llevado la previsión era la de no llegar a tiempo. Así pues, decidimos cenar, hacer acopio de bocadillos y… no parar, afrontando la que iba a ser nuestra primera noche de pedales. Noche de luna nueva, oscura, fresca, se agradecía la buena temperatura ambiente tras un día sofocante. Partimos de Fraga a medianoche con la intención de ir avanzando a un ritmo tranquilo para no castigarnos demasiado. En el camino se suceden subidas y bajadas alternas que en plena oscuridad se pedalean con una sensación extraña, libertad, calma, paz.. pero también cierto acojone y alerta, pues en cualquier momento podía salir… un animal? Vete a saber. Para relajarse sólo había que levantar la mirada y ver el cielo: vía láctea, estrellas, relax, pedales. Seguimos.

A las 5 de la madrugada llegamos a Caspe, km. 345. El camino estaba siendo especialmente duro para Juan, su rodilla empezaba a castigarle, pero él seguía adelante demostrando una alta capacidad de lucha y pundonor. En Caspe conocemos los contrastes de nuestro mundo. En la entrada coincidimos con una comunidad musulmana, que en pleno ramadán se dirigían a rezar a la mezquita. Gracias a la simpatía de Juan, nos dan agua y podemos rellenar. Acto seguido tocaba sellar la cartilla, punto de control, y lo único abierto era… un pub!! Así que vamos hacia allí. Aquí encontramos a los jóvenes laicos y cristianos, de fiestuki, más nuestro… imaginar la cara al vernos llegar con los focos y disfrazados… Pero siempre encuentras a un ciclista por el mundo, y en este caso el amigo nos facilitó el sellado y nos invitaron a un granizado, de café! Que nos sentó fenomenal. Seguimos el camino…

En los siguiente kms llegaría la decisión de Juan, su rodilla dejó de responder y el dolor se convirtió en insoportable. Antes de llegar a Maella, siguiente pueblo, la rodilla dice basta… y Juan decide abandonar y no arriesgarse a que la lesión le pueda perjudicar en un futuro. Esa decisión podía suponer perder su pasaporte para París… pero justo mientras escribimos la crónica, hemos sabido que Juan lo volvió a intentar, en la brevet 600 de Salamanca, y ha conseguido, ahora si, su pasaporte a París. Qué grande eres Juan!!! Enhorabuena!! Además, al paso por Corbera aparece un taxi y Juan grita ánimos con una sonrisa, hecho que hizo quedar más tranquilo pensando que había conseguido transporte y llegaría bien a casa.

Personalmente tomamos la decisión de seguir, era el km 365 y teníamos tiempo suficiente para finalizar, y aún con buenas piernas. Partimos de Maella con buen ritmo en dirección al siguiente punto de control, Mora d’Ebre en el km 420. Durante el camino pasamos por zonas donde se llevó a cabo la Batalla del Ebro, Batea, Corbera d’Ebre… y en un terreno también ondulante, que iba castigando las piernas. Sin lugar a dudas, lo mejor fue vivir un nuevo amanecer sobre la bici. Un compañero nos dijo: «tras pedalear toda la noche, cuando veas salir el sol te sentirás como un Dios«. La sensación no fue exactamente esa, pero si es cierto que la salida del sol nos aportó alas y ánimos.

La jornada prometía volver a ser calurosa, así que de manera consciente decidimos apretar para aprovechar las horas de menos calor. Llegamos a las 9.30h a Mora, donde almorzamos y aprovechamos para cambiarnos y preparar lo que nos quedaba aún (190 kms). Tras Mora d’Ebre, seguimos el camino hacia el siguiente punto de control, en Santa Coloma de Queralt. El primer tramo es rodador, remontando el valle del Ebro hasta llegar a Flix. A partir de Flix iniciamos un nueva ascensión, el penúltimo puerto pensábamos, que nos llevaría hasta La Granadella. En el pie de la ascensión hacemos un nuevo alto, pues el calor empezaba a apretar y era necesario hidratarse y alimentarse, nuevo momento magnum. La ascensión se hace a buen ritmo, bajo un sol de justicia y una temperatura que iba en un rápido ascenso, siendo ya mediodía. Conseguimos coronar en la Granadella sobre la 13h, km 470, pero llegamos bastante tocados por la calor… nueva parada. Volvemos a parar para hidratar-nos, rellenar y volver a alimentar. 

En este punto se empieza a configurar la castaña… Por un lado, el calor era cada vez más intenso, el cansancio de pedalear toda la noche comenzaba a pasar factura, las piernas llevaban más de 6000 metros de desnivel… y los últimos 100 kms, reconocimiento sincero, se había pedaleado con excesiva alegría, por lo tanto bastante sobrecargadas, las molestias en rodillas eran preocupantes. Seguimos, en teoría entrando en terreno favorable con descenso… pero no, estamos en las immediaciones de la Serra de Matalascabras, en la comarca de les Garrigues, y las rampas de descenso se complementan con duras rampas de ascenso, que siguen castigando las piernas. Con grandes dificultades llegamos a El Solerás, km 481, lugar que sería el final de ruta, tal y como podéis ver en el siguiente mapa de la actividad… 

b600map
Detalle de mapa y perfil topográfico (strava)

Y que sucede en el Soleràs: pues llegamos en plena crisis de calor, principio de deshidratación, agobiado y algo mareado. Tras entrar en el pueblo buscamos un lugar donde poder resguardarnos de la calor y también comer, hidratarse… y acabamos en el casal d’avis. Nada más entrar la pregunta de la camarera es significativa: ¿Te encuentras bien? La respuesta es No. Entramos en un proceso de reflexión, consultando con algunos compañeros, que desde la distancia dan consejo. Disponíamos de tiempo para finalizar la ruta, 130 kms en 7 horas era asequible, podíamos descansar, recuperar… pero por otro lado, la sensación de deshidratación era importante, rozando la afectación interna, las piernas no estaban bien, habían ya superado su límite, en kms y en desnivel, y el castigo se había concentrado en las rodillas. Por otro lado, pensando a futuro, en las siguiente semanas teníamos prevista participación en otras marchas importantes, y no queríamos jugar la carta de la frustración, pues se pasa mal… 

Satisfacción a pesar de todo

… finalmente la decisión fue retirarse, era lo más sensato analizada la situación, y sobretodo por el calor que seguía apretando allá fuera, más de 35ºC de un sol abrasador inesperado en un terreno ausente de sombras y un ambiente seco. Al palco!! Era la primera vez que tomábamos la decisión de manera consciente y no obligada por una caída o avería. Una vez tomada, había que pensar en como volver a Manresa!! Estábamos en mitad de les Garrigues y había que llegar al Bages, donde nos esperaba el coche… Por suerte aún encuentras a grandes personas por el camino de la vida, y la gente de El Soleràs se merece una nueva visita pronto: tras comentarles la situación (imaginar las caras de sorpresa al saber que venías de Manresa… pero no en línea recta, no!! Pasando por Barbastro, Fraga, Caspe… se volcaron de seguida y ofrecieron acercarnos a Lleida, donde por suerte podíamos coger un tren que nos llevaría a destino. Gent de El Soleràs, sou molt bona gent!! Aviat us faré una visita… en bici ;-p

A pesar de todo, la decisión tomada fue la correcta y la sensación no era de frustración o fracaso, por haber perdido la ocasión de completar la serie de brevets a la primera…,  sino de satisfacción, por varias razones. Por un lado, por la madurez de la misma, llega un momento en que no vale la pena correr riesgos, no tienes que demostrar nada a nadie y no vives del ciclismo, se trata que te aporte vida, no que te la quite. Por otro lado, por haber sabido conservar en el momento adecuado, las marchas que han venido después han sido disfrutadas y además con un punto de forma superior y mayor experiencia, es decir, la experiencia del 600 ha servido de mucho. Y finalmente, porque intentarlo ha significado volver a superarse en todos los sentidos, alcanzar la mayor distancia recorrida, 481 kms, y superar un desnivel de 6300 metros positivos, y esto, disculpar, tiene mucho mérito!!

Tras bajar del tren en Manresa, saber que los dos kilómetros hasta el coche fueron un infierno… bueno, sinceramente las risas permitieron vivir el momento con alegría, pues íbamos dando tumbos por el centro de la ciudad, pero sonriendo. Piernas saturadas, acartonadas, petadas, casi no llegamos. Más razones para estar contento por haber tomado la decisión. No haber completado la serie de brevets simplemente quedará en eso, no ha podido ser. Quizás una nueva oportunidad se presente en lo que queda de año, o quizás esperaremos al siguiente cuatrienio 2020-2023, y soñar, como hacía Juan, con poder estar en París. Suerte compañero!!

Salut i pedals!

P.d.:  si os preguntáis porque usamos el plural… siempre viajamos dos, el rider y la máquina. 😉

P.d.2: ironías del destino… días más tarde abrieron inscripciones para la París – Brest, no siendo necesario haber hecho la serie el año anterior… de haber acabado hubieramos podido estar en París… pero será en 2023, queda escrito.

2 comentarios sobre “Brevet 600 Manresa: superarse y superado…

  1. pues París bien vale 4 años más!
    el vaso medio lleno, soci! que no hayas acabado un 600, no te hace sombra a haber acabado un 200, un 300 y un 400. Tienen tanto mérito una como otra.
    a tus pies, mestre!
    a vuestros pies!!

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    1. Gracias soci!! No lo desmerezco para nada, es más, valoro mucho la experiencia vivida y me ha ayudado mucho en las siguientes marchas, aprender a gestionar calor, hidratación, alimentación, esfuerzo… de todo se aprende. Tenemos por delante 4 años para cerrar la serie… que la cerraremos, y París lo vale.
      A los pedales, soci, a los pedales!! jajajaja

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